España es mucho más que flamenco, paella y sol. A lo largo de mis viajes por este hermoso país, he descubierto rincones que no solo son bellos, sino que tienen alma. Desde la arquitectura imposible de Gaudí hasta las calas escondidas de Menorca, cada lugar tiene algo que contar. Este no es un artículo genérico sobre “10 cosas que ver en España”. Este es el recorrido real por comunidades autónomas, vivido, sentido y experimentado por alguien que ha pisado esos suelos, comido en esos bares y sentido la magia de cada rincón.
Andalucía: el sur que quema y enamora
Si buscas un destino que combine historia, pasión y belleza arquitectónica, Andalucía es ineludible. No hay nada como perderse por las calles de Sevilla, con su mezcla perfecta de tradición y modernidad.

El Real Alcázar es uno de los lugares más impresionantes que he visitado, y pasear por la Plaza de España al atardecer me hizo entender por qué tanta gente se enamora de esta ciudad.

Pero si hay algo que me marcó, fue Granada. Subir caminando hasta la Alhambra, con vistas a la ciudad y a Sierra Nevada, es una experiencia que todavía me emociona.

Recuerdo perfectamente el sonido del agua en los jardines del Generalife, ese silencio entre murmullos, y el contraste brutal de los palacios Nazaríes con la ciudad viva abajo.
Y qué decir de Córdoba, donde el aroma de azahar en primavera lo llena todo.

La Mezquita-Catedral es, sin exagerar, uno de los lugares más impactantes que he visto en mi vida.
Cataluña: modernismo, costa y una ciudad que vibra
Hablar de Cataluña es hablar de Barcelona, pero también de mucho más. En Barcelona, lo que me atrapó no fue solo la playa urbana o el ambiente multicultural, sino el modernismo de Gaudí que se respira por toda la ciudad.

El Parque Güell, la Sagrada Familia… cada edificio es un cuento visual.
Pero más allá de la ciudad, descubrí la costa brava, con sus calas escondidas como Cala Sa Tuna o Cala Pola, donde el agua es tan clara que parece el Caribe.

En verano, si quieres mar y tranquilidad, esta es la zona.
Y en el interior, el pueblo medieval de Besalú o los volcanes de la Garrotxa ofrecen un contraste inesperado con la imagen típica de Cataluña.

Comunidad Valenciana: costa, arroz y fiesta
La Comunidad Valenciana es uno de esos destinos que se entienden mejor cuando los vives.

Valencia capital tiene una mezcla fascinante de vanguardia y tradición. El Oceanogràfic y la Ciudad de las Artes son impresionantes, pero el casco antiguo, con su catedral y sus mercados, es donde se siente la esencia.

Lo que me marcó fue la Albufera, ver el atardecer desde una barca mientras huele a arroz cocinándose fue de película. Y sí, comí la mejor paella valenciana auténtica que he probado en mi vida.
Y en Alicante, disfruté de calas cristalinas y una tranquilidad que no esperaba.

Lugares como Xàvia o Altea parecen sacados de una postal.
Castilla y León: historia, castillos y pueblos mágicos
Castilla y León es probablemente una de las zonas más infravaloradas de España. Visitar Segovia y ver su acueducto romano te transporta a otra época.

El alcázar, que parece sacado de un cuento, me dejó boquiabierto.
Salamanca tiene una energía única, con su universidad antigua y su plaza mayor, una de las más bellas del país.
Pero lo que realmente me sorprendió fue Burgos.

Su catedral es descomunal y comer lechazo en un restaurante tradicional me hizo sentir la España más auténtica.
Galicia: verde, océano y alma
Galicia es una experiencia sensorial. Es el olor a mar, a eucalipto, a lluvia sobre piedra vieja. Santiago de Compostela es uno de esos lugares que no se olvidan.

Llegar a la plaza del Obradoiro, incluso sin haber hecho el Camino, es un momento especial.
La costa gallega me ofreció paisajes que rivalizan con Escocia.

La Playa de las Catedrales es un milagro geológico. Y el marisco… simplemente otro nivel.
Pero lo que más me tocó fue el ambiente místico y tranquilo que se respira. Galicia es un refugio para el alma.
Islas Baleares: más que fiesta, paraíso puro
Visité Menorca con pocas expectativas… y me rompió todos los esquemas.

Agua turquesa, calas escondidas como Macarelleta o Turqueta, y un silencio que no encuentras en otros destinos.
Mallorca tiene de todo: calas, montañas, pueblos como Valldemossa o Deià que parecen sacados de una novela.

E Ibiza, más allá de las discotecas, tiene una parte natural, con mercadillos hippies y playas tranquilas que enamoran.
Ciudades imprescindibles que no debes perderte
Además de los grandes destinos, hay algunas ciudades que merecen mención especial:
- Toledo: caminar por sus calles empedradas es como entrar en un museo al aire libre.
- Zaragoza: la Basílica del Pilar me impresionó más de lo que esperaba.
- Bilbao: moderna y tradicional a la vez, y con el Guggenheim como joya cultural.
- San Sebastián: la Playa de la Concha y el tapeo son una fantasía gastronómica.
¿Cómo elegir qué lugares visitar en España?
Sé que puede parecer abrumador, pero mi consejo es simple: elige por emociones. ¿Quieres arte? Barcelona. ¿Naturaleza y mar? Menorca o Galicia. ¿Historia y cultura? Andalucía o Castilla. ¿Gastronomía? Todo el norte. De todos los sitios que visité, me costaría elegir uno. Cada uno tiene algo. Pero si tengo que destacar alguno, diría que Granada, Menorca y Córdoba fueron mis favoritos por belleza, historia y sensaciones.
España se vive, no solo se visita
España es de esos países que no basta con ver, hay que sentir. Cada rincón tiene una personalidad propia, cada ciudad un sabor, cada paisaje una emoción distinta. Lo que empezó como un viaje de placer, terminó siendo un recorrido de descubrimiento.
He compartido contigo los lugares que me marcaron y que recomiendo con los ojos cerrados. No porque estén en una lista, sino porque yo estuve allí, lo viví, lo sentí… y no lo he olvidado.