Montenegro es un país pequeño en tamaño pero grande en variedad de paisajes y riqueza cultural. Situado en los Balcanes, junto al mar Adriático, ofrece desde playas y ciudades medievales hasta parques naturales y montañas escarpadas. En pocos kilómetros, se pasa de la costa a la alta montaña, lo que lo convierte en un destino ideal para quienes buscan un viaje diverso y sin grandes distancias entre punto y punto.
El país ha ido ganando popularidad en los últimos años, pero todavía mantiene un carácter tranquilo, menos masificado que otros destinos europeos. Ya sea que viajes por libre en coche o que optes por excursiones organizadas, hay mucho por descubrir. A continuación, encontrarás 25 lugares que vale la pena visitar en Montenegro, junto con algunos consejos útiles para planificar tu ruta.
Kotor y su casco antiguo medieval

Kotor es probablemente el lugar más conocido de Montenegro, y con razón. Su casco antiguo, rodeado por una muralla bien conservada, está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se puede recorrer fácilmente a pie, perdiéndose por callejuelas estrechas, plazas tranquilas y edificios de piedra con siglos de historia.
En el interior del casco histórico hay iglesias románicas, como la de San Trifón, y edificios que recuerdan la influencia veneciana. Además, subir a las murallas que trepan por la montaña detrás de la ciudad ofrece una de las vistas más fotogénicas del Adriático. Es recomendable madrugar para hacer esta subida, ya que el sol aprieta con fuerza desde media mañana.
Kotor también es un puerto habitual de cruceros, así que si prefieres evitar aglomeraciones, lo ideal es visitarlo a primera hora o a última de la tarde. Hay buena oferta de alojamientos dentro y fuera de las murallas, y es una excelente base para explorar la bahía.
Bahía de Kotor: miradores, pueblos y rutas en coche

La Bahía de Kotor no es solo la ciudad homónima, sino una gran bahía con forma de fiordo en la que se encuentran varios pueblos encantadores. Recorrerla en coche permite disfrutar de tramos escénicos con vistas sobre el mar y las montañas.
Entre los miradores más conocidos está el que se encuentra en la carretera que sube al Parque Nacional Lovćen, con una panorámica completa de la bahía. Otro tramo espectacular es el que va desde Kotor hasta Perast bordeando el agua, con posibilidad de parar en pequeños embarcaderos.
Hay ferris que cruzan la bahía para acortar el camino en coche, lo cual puede ser útil si vas justo de tiempo. En todo caso, conducir con calma es recomendable: hay curvas, tramos estrechos y el paisaje bien merece cada parada.
Perast: uno de los pueblos más bonitos de Montenegro

Perast es un pequeño pueblo a orillas de la bahía que destaca por su arquitectura barroca y su ubicación frente a dos islotes muy conocidos: Nuestra Señora de las Rocas y la isla de San Jorge. El paseo marítimo está lleno de palacetes de piedra, muchas veces reconvertidos en hoteles o museos.
Una de las actividades típicas es tomar una lancha hasta el islote de Nuestra Señora de las Rocas, donde hay una iglesia y un pequeño museo. El trayecto dura solo unos minutos y se puede contratar en el muelle principal de Perast.
El pueblo es tranquilo, con pocas calles interiores, por lo que es ideal para una visita corta, aunque también hay opciones de alojamiento si se prefiere pernoctar en un entorno más reposado que Kotor. Aparcar puede ser complicado en temporada alta, así que conviene llegar temprano o dejar el coche en el exterior.
Budva y sus playas

Budva es uno de los destinos más turísticos de Montenegro. Su casco antiguo amurallado se sitúa frente al mar, sobre una pequeña península, y está lleno de calles empedradas, iglesias y terrazas. Aunque es más bulliciosa que otros lugares del país, tiene su encanto, sobre todo al atardecer.
Alrededor de Budva hay varias playas, desde urbanas como Slovenska Plaža hasta otras más tranquilas y escondidas como Mogren o Jaz. Algunas son de arena, otras de piedra, pero en todas el agua es clara y suele estar en calma. También hay ferris y excursiones que permiten llegar a playas cercanas o hacer actividades acuáticas.
Budva es recomendable para quienes buscan combinar algo de turismo cultural con ocio de playa. Además, tiene mucha oferta de alojamiento, restaurantes y vida nocturna.
Sveti Stefan: la imagen más icónica del país

Sveti Stefan es probablemente la estampa más reconocible de Montenegro: una pequeña isla unida a tierra por un istmo, cubierta de casitas de piedra con tejados rojos. Aunque hoy es un complejo hotelero privado y no se puede visitar libremente, merece la pena acercarse a verla desde los miradores cercanos.
Desde la playa pública de Sveti Stefan o desde el parque de Miločer se obtienen buenas vistas. También se puede caminar por los senderos de la zona, que ofrecen panorámicas desde diferentes ángulos.
No es un lugar donde pasar mucho tiempo, pero sí una parada obligada en cualquier ruta por la costa. Hay transporte público desde Budva y también aparcamiento de pago cerca del acceso a la playa.
Parque Nacional de Durmitor

Durmitor es una de las principales zonas de naturaleza de Montenegro. Situado en el norte del país, este parque nacional abarca montañas, lagos glaciares, bosques y profundos cañones. Su punto más alto, el Bobotov Kuk, supera los dos mil quinientos metros de altitud.
En Durmitor se pueden hacer rutas de senderismo para todos los niveles, desde caminatas suaves alrededor del Lago Negro (Crno Jezero) hasta ascensos más exigentes por crestas montañosas. En invierno, la zona también es popular para el esquí.
El pueblo de Zabljak es la base más habitual para explorar el parque. Desde allí se accede fácilmente a los senderos principales y hay una buena oferta de alojamiento, restaurantes y servicios básicos.
El cañón del río Tara y su famoso puente

El río Tara atraviesa uno de los cañones más profundos de Europa, con tramos que alcanzan más de mil trescientos metros de profundidad. Es una zona de gran valor ecológico y forma parte del Parque Nacional Durmitor.
El Puente Đurđevića Tara, construido en los años treinta, es un mirador excelente sobre el cañón. También es el punto de partida de actividades como rafting o tirolinas, muy populares en temporada alta.
Recorrer la carretera que bordea el cañón ofrece vistas impresionantes, aunque hay tramos estrechos y con curvas. El entorno es ideal para quienes buscan un contacto directo con la naturaleza y actividades al aire libre.
Parque Nacional Biogradska Gora

Este parque nacional es uno de los más antiguos de Europa y protege un bosque primario de hayas y otras especies. En su centro se encuentra el Lago Biograd, rodeado de rutas sencillas que permiten disfrutar del entorno sin necesidad de grandes esfuerzos físicos.
Es un lugar menos visitado que Durmitor, pero muy recomendable si se busca tranquilidad. Las rutas están bien señalizadas, y hay zonas para picnic junto al lago.
La entrada al parque es de pago, y se accede desde la localidad de Kolašin, que también sirve como base para alojarse y conocer la zona.
Lago Skadar: naturaleza y pueblos ribereños

El Lago Skadar es el mayor lago de los Balcanes, compartido entre Montenegro y Albania. Está rodeado de montañas y pueblos tradicionales, y es famoso por su biodiversidad, especialmente aves acuáticas.
Uno de los puntos más visitados es el pueblo de Virpazar, desde donde salen paseos en barco por el lago. También hay rutas en coche o bicicleta por la orilla norte, que permiten conocer monasterios, miradores y pequeñas aldeas.
Es un destino perfecto para un día de excursión desde Podgorica o la costa, y para quienes buscan un turismo más tranquilo y en contacto con la naturaleza.
Podgorica: qué ver en la capital de Montenegro

Podgorica no es la ciudad más turística del país, pero tiene algunos puntos de interés que justifican una breve visita si se pasa cerca. Entre ellos están el puente del Milenio, la Catedral de la Resurrección y las ruinas romanas de Doclea en las afueras.
También destaca el barrio de Stara Varoš, con restos de la época otomana, aunque está bastante disperso y mal conservado. Para una parada rápida, hay cafés y restaurantes agradables en el centro.
Es una ciudad funcional, más que monumental, pero sirve como nudo de comunicaciones y base para explorar el centro-sur del país.
Cetinje y su importancia histórica

Cetinje fue la antigua capital de Montenegro y conserva varios edificios históricos, como antiguos palacios reales y monasterios. Tiene un aire más tranquilo y tradicional que otras ciudades del país.
El Monasterio de Cetinje, importante lugar religioso, se puede visitar. También hay museos como el Museo Nacional o el Museo de Historia.
Además, Cetinje es la puerta de entrada al Parque Nacional Lovćen, por lo que se puede combinar la visita con una ruta panorámica hacia el mausoleo de Njegoš.
Monasterio de Ostrog: tallado en la roca

El Monasterio de Ostrog es uno de los lugares más impresionantes de Montenegro. Está literalmente incrustado en un acantilado, a unos novecientos metros sobre el valle del río Zeta.
Es un lugar de peregrinación ortodoxa, pero también una visita interesante desde el punto de vista arquitectónico y paisajístico. Se accede en coche hasta un aparcamiento y luego se camina el último tramo.
El interior del monasterio es sencillo, con capillas decoradas con frescos. Las vistas desde la parte alta son espectaculares, sobre todo al atardecer.
Parque Nacional de Lovćen y el Mausoleo de Njegoš

El Parque Nacional Lovćen es una zona montañosa situada entre la costa y el interior del país. Es conocido por albergar el Mausoleo de Petar II Petrović-Njegoš, un poeta y líder nacional, situado en la cima del monte Jezerski Vrh, a más de mil seiscientos metros de altitud.
Desde la cima se obtienen vistas panorámicas que, en días despejados, alcanzan hasta el Adriático y el lago Skadar. Para llegar al mausoleo hay que subir más de cuatrocientos escalones, pero el esfuerzo se ve recompensado con la vista.
El parque también tiene otras rutas de senderismo y miradores, además de zonas boscosas y pequeños pueblos que conservan arquitectura tradicional.
Tivat y el lujo de Porto Montenegro

Tivat es una ciudad costera que en los últimos años ha experimentado una transformación gracias al desarrollo del complejo de lujo Porto Montenegro. Aquí atracan yates de gran tamaño, y el paseo marítimo está lleno de tiendas de diseño, restaurantes de alta gama y terrazas modernas.
Más allá del lujo, Tivat tiene también playas y algunos parques urbanos. Es una buena base si se busca un ambiente relajado, pero con servicios de calidad.
El aeropuerto de Tivat es uno de los principales del país, por lo que muchos viajeros entran o salen por aquí.
Herceg Novi: jardines y escalinatas al mar

Situado en la entrada de la Bahía de Kotor, Herceg Novi es una ciudad costera con un carácter más local. Tiene un casco antiguo con escalinatas, plazas y fortalezas, y una franja costera con paseos junto al mar.
Es conocido por sus jardines y la abundante vegetación, lo que le da un aspecto diferente respecto a otras localidades más secas del sur. También es un buen punto de partida para hacer excursiones en barco o cruzar a Croacia si se viaja por tierra.
Es menos visitado que Budva o Kotor, lo cual puede ser una ventaja si se busca algo más tranquilo.
Ulcinj: playas largas y herencia otomana

Ulcinj es la ciudad más al sur de la costa montenegrina y se distingue por tener una fuerte influencia otomana, visible en su casco antiguo y en su población mayoritariamente musulmana.
Cerca de la ciudad se encuentra Velika Plaža, una playa de arena de más de doce kilómetros de longitud, ideal para familias, deportes acuáticos y quienes buscan espacio.
También hay una laguna salina y zonas de dunas protegidas por su valor ecológico. Es una parte del país que se diferencia claramente del resto, tanto en paisaje como en ambiente.
Playa de Velika Plaža

Velika Plaža es la playa más extensa de Montenegro. A diferencia de muchas otras playas del país, aquí la arena es fina y el acceso al agua es progresivo, lo que la hace apta para todo tipo de públicos.
Hay chiringuitos, zonas con hamacas, áreas libres y también escuelas de kitesurf, ya que el viento es favorable para este deporte.
En verano suele estar concurrida, pero su extensión permite mantener cierto espacio. Se accede fácilmente desde Ulcinj en coche, bicicleta o incluso a pie.
Plav y las montañas de Prokletije

En el este del país, junto a la frontera con Albania, se encuentra la localidad de Plav, rodeada por las montañas de Prokletije, conocidas como los Alpes malditos. Es una zona ideal para senderismo, naturaleza y turismo rural.
El Lago Plav es el punto central del valle, y desde aquí parten rutas de montaña que se adentran en el parque nacional. También se puede hacer kayak en el lago o visitar cascadas cercanas.
Es una zona menos desarrollada turísticamente, lo que permite disfrutar de un entorno más auténtico y sin aglomeraciones.
Gusinje y las fuentes de Ali Pasha

Muy cerca de Plav está Gusinje, un pequeño pueblo rodeado de montañas. Aquí se encuentran las fuentes de Ali Pasha, un manantial de aguas cristalinas que brotan al pie de las montañas.
El entorno es muy fotogénico, con campos verdes, agua clara y picos al fondo. También es un buen punto de partida para rutas a pie por los valles de Prokletije.
La zona ofrece alojamientos sencillos y gastronomía local basada en productos de montaña.
Zabljak: base para explorar Durmitor

Zabljak es el principal centro turístico del norte montenegrino. Está a más de mil cuatrocientos metros de altitud, lo que la convierte en una de las localidades más elevadas de los Balcanes.
Es la base ideal para visitar el Parque Nacional Durmitor, tanto en verano como en invierno. Desde aquí se accede fácilmente al Lago Negro y a muchas rutas de senderismo o bicicleta.
En invierno hay pistas de esquí, y durante el resto del año, buen acceso a excursiones, actividades de aventura y alojamientos rurales.
Pueblos tradicionales en el norte de Montenegro
Más allá de las zonas conocidas, el norte del país alberga numerosos pueblos que conservan arquitectura tradicional y una forma de vida más rural. Localidades como Mojkovac, Berane o Andrijevica son menos visitadas pero permiten conocer otro rostro de Montenegro.
En estas zonas se pueden encontrar casas de piedra, mercados locales, rutas de montaña y una gastronomía centrada en carnes, quesos y productos de la zona.
Son lugares recomendables para quienes buscan salirse de las rutas más turísticas y conectar con la vida local.
Recomendaciones prácticas para viajar por Montenegro
Para recorrer Montenegro lo más recomendable es alquilar un coche. Las distancias no son grandes, pero el transporte público es limitado en muchas zonas rurales o de montaña. Las carreteras principales están en buen estado, aunque hay tramos con muchas curvas o sin arcén.
Es conveniente llevar efectivo, ya que en pueblos pequeños o negocios familiares puede no aceptarse tarjeta. La moneda es el euro, aunque Montenegro no pertenece a la Unión Europea.
Conviene reservar alojamiento con antelación en temporada alta, sobre todo en zonas costeras o cerca de parques nacionales.
Cuándo ir, cómo moverse y consejos generales
La mejor época para visitar Montenegro depende del tipo de viaje. Para disfrutar de la costa, los meses de mayo a septiembre son ideales. Si el objetivo es el senderismo en montaña, junio y septiembre son los más recomendables por temperatura y menor afluencia.
Para moverse, lo más práctico es el coche de alquiler. Hay autobuses entre ciudades grandes, pero no llegan a muchos destinos naturales. También hay ferris para cruzar tramos de costa o la bahía de Kotor.
Llevar calzado cómodo, ropa ligera y protección solar es básico en verano. En montaña, siempre conviene una chaqueta cortavientos y algo de abrigo, incluso en agosto. Reserva tu viaje en la siguiente botonera.