Si estás en Austin (Texas) y tienes un día libre, estás de suerte. Esta ciudad no solo rebosa vida en cada esquina, sino que está rodeada de lugares increíbles que puedes descubrir en una sola jornada. Las mejores excursiones de un día desde Austin te llevan a vivir experiencias únicas, sin necesidad de pasar la noche fuera ni hacer grandes desplazamientos. Lo mejor es que hay opciones para todos los gustos: desde escapadas a pueblos con encanto o rutas por el Hill Country con catas de vino incluidas, hasta aventuras en plena naturaleza y planes relajados como navegar al atardecer por el lago.
Si estás buscando un toque cultural, algo de historia tejana o simplemente desconectar con paisajes bonitos, Austin siempre tiene un plan cerca de ti. Cada ruta que sale desde la ciudad es una oportunidad para ver otro lado de Texas: más natural, más auténtico y, muchas veces, inesperado. Y no, no necesitas alquilar coche ni complicarte la vida. Muchas de estas excursiones están organizadas y pensadas para que tú solo te ocupes de disfrutar.
Así que si estás buscando qué hacer un día desde Austin, en español o por tu cuenta, lo que viene a continuación te va a interesar. Porque no se trata solo de ir y volver: se trata de vivir una experiencia que recordarás mucho más que solo como “una excursión”. Y créeme, hay verdaderas joyas esperando a tan solo un par de horas de camino, o menos.
Cosas que hacer en Austin cerca de ti este fin de semana
Excursión a Texas Hill Country: Barbacoa en The Salt Lick y cata de vinos entre viñedos
Salir de Austin por unas horas para explorar el Texas Hill Country es, sin duda, una de las mejores excursiones de un día desde la ciudad. Y si encima la ruta incluye barbacoa tejana y vinos locales, el plan se convierte en una experiencia completa para los sentidos.
Todo comienza en pleno centro, en la calle 5ª, donde te reúnes con el resto del grupo para subir a un minibús que te alejará del bullicio urbano y te conduce hacia las colinas del sureste de la meseta de Edwards. Esta región es conocida no solo por sus paisajes de colinas suaves que parecen sacados de un wallpaper de Windows, sino también por ser el corazón vinícola de Texas. Aunque muchos no lo saben, el Texas Hill Country es la tercera región productora de vino más grande de Estados Unidos, y en cada curva del camino es fácil entender por qué.
Pero antes de hablar de vinos, hay que hablar de carne. Porque esta excursión desde Austin no solo es para amantes del vino, sino también para quienes disfrutan del sabor auténtico del sur. La primera parada es el restaurante The Salt Lick, un templo de la barbacoa que lleva años siendo referencia en todo Texas. Allí tendrás una hora y media de tiempo libre para disfrutar sin prisas de su famoso menú: costillas jugosas, salchichas ahumadas, muslos de pavo tan tiernos que se deshacen al tocarlos… Y ese aroma constante a leña que te envuelve y te abre aún más el apetito.
Después de comer y con las energías recargadas, retomas la ruta entre colinas y campos infinitos. Toca sumergirse en el lado más elegante del Hill Country: sus bodegas. Harás dos paradas distintas en viñedos galardonados, donde el ambiente es relajado y acogedor. Pasear entre las vides, conocer de cerca el proceso de producción y, por supuesto, probar los vinos (si uno quiere) es una forma perfecta de cerrar la jornada.
Ya de regreso a Austin, mientras el minibús avanza lentamente al atardecer, es imposible no sentir que has vivido algo muy tejano, muy auténtico. Este tipo de excursiones combinan a la perfección lo gastronómico con lo paisajístico, y permiten conocer una cara diferente del estado, más tranquila, más sabrosa y mucho más natural. Si estás buscando planes que hacer un día desde Austin y quieres salirte de lo típico, esta ruta por el Texas Hill Country es, sin duda, un acierto.
Excursión a San Antonio desde Austin: historia, cultura y paseo en barco por el Riverwalk
San Antonio tiene algo especial. Es una ciudad que se mueve entre la historia más profunda de Texas y el ambiente de sus calles. Hacer una excursión desde Austin para conocerla en un solo día es una de esas decisiones que sabes que no vas a lamentar. Yo lo hice y todavía lo recuerdo con una mezcla de emoción y calma. Es de esos planes que te muestran otro rostro del estado, uno más humano, más histórico y más evocador.
Nos recogieron directamente en el hotel, lo cual ya marca la diferencia. En vez de estar corriendo por estaciones o mirando mapas, el trayecto comenzó con comodidad y buena compañía. Durante la hora y poco que separa Austin de San Antonio, el guía se encargó de contarnos todo tipo de curiosidades sobre Texas, sus paisajes y su gente. La carretera se fue abriendo entre zonas rurales, y poco a poco empezamos a divisar señales de nuestro destino.
Y entonces llegamos al Álamo. Este lugar no es solo una parada turística: es el corazón de la identidad texana. Caminar por sus patios, ver las armas históricas, imaginar la batalla de 1836… es como retroceder en el tiempo. Te das cuenta de que estás pisando un suelo donde se luchó por mucho más que un fuerte. El cañón de 16 libras, los cuarteles, los jardines con robles centenarios… cada rincón cuenta una historia.
Después del Álamo, fuimos a la Misión de San José, otra joya de la arquitectura colonial. Esta misión es la más grande y visitada de San Antonio, y no es para menos. Su tamaño y conservación son impresionantes, y la sensación de paz que transmite es difícil de explicar. Aquí no solo ves piedras y paredes antiguas, sientes la historia viva.
Pero la experiencia no se quedó ahí. Subimos a la Torre de las Américas, y desde sus 190 metros de altura la ciudad se ve como una maqueta. Es un contraste precioso: después de haber estado tocando la historia con las manos, la ves ahora en panorámica, moderna y en movimiento.
Y como broche final, el famoso paseo en barco por el Riverwalk. Este canal serpentea por el centro de San Antonio y es, sin duda, una de las partes más bonitas de la ciudad. Durante los 35 minutos del recorrido, el ambiente es puro disfrute: terrazas llenas de vida, luces reflejadas en el agua, aromas que invitan a comer, y un ritmo relajado que te hace olvidarte de todo.
Después de siete horas llenas de descubrimientos, volvimos a Austin con la sensación de haber vivido mucho en poco tiempo. Esta excursión a San Antonio desde Austin es una de las más completas y recomendables si buscas planes de un día con historia, cultura y paisajes únicos. Y sí, volvería a hacerlo sin pensarlo dos veces.
Tour de los fantasmas en Austin: historia, leyendas y escalofríos al caer la noche
Si alguna vez has sentido curiosidad por el lado más oscuro de una ciudad, Austin te ofrece una forma muy especial de explorarlo. Hacer un tour de los fantasmas en Austin es mucho más que una ruta de historias espeluznantes. Es un viaje al corazón oculto de la capital de Texas, ese que no aparece en las guías turísticas tradicionales, pero que deja huella en la memoria.
La experiencia arranca en pleno centro, en Congress Avenue, cuando el sol ya se ha escondido y las sombras empiezan a dominar la ciudad. A las ocho en punto nos reunimos con el grupo y el guía, quien desde el primer minuto te atrapa con su voz, su carisma y, sobre todo, con las historias que está a punto de contarte. La ruta es completamente a pie, lo cual la hace mucho más envolvente. Cada paso entre las calles iluminadas por farolas adquiere un nuevo significado cuando sabes que estás caminando por escenarios cargados de misterio.
Una de las primeras paradas es el exterior de un bar clandestino, uno de esos “speakeasy” que surgieron durante la época de la Ley Seca. Mientras nos contaban su historia, nos sorprendió saber que hay relatos de almas atrapadas entre sus paredes, recuerdos espectrales que parecen negarse a marcharse. Es curioso como estos lugares, que hoy rebosan vida nocturna, arrastran también pasados oscuros que pocos conocen.
Pero el momento más impactante del recorrido fue, sin duda, frente al Driskill Hotel. Este edificio de 1886, de por sí imponente, adquiere una dimensión completamente distinta cuando escuchas las leyendas que lo rodean. Desde el olor a humo que aparece de la nada (y que muchos vinculan con el propio coronel Driskill) hasta las trágicas historias de novias que nunca llegaron a casarse y la triste muerte de la pequeña Samantha Houston, todo aquí parece impregnado de un magnetismo sobrenatural. No exagero si digo que se me erizó la piel al escuchar cada relato.
Durante el recorrido, las historias de asesinatos, amores malditos y enigmas sin resolver se entrelazan con los edificios que vamos cruzando. Austin, normalmente conocida por su música, su ambiente relajado y su carácter alternativo, muestra aquí un rostro mucho más sombrío… y fascinante. Porque lo que hace especial este tipo de excursión nocturna no es solo el miedo o el suspense, si no cómo conecta el presente con un pasado que sigue muy vivo entre las calles.
Tras una hora y media inmersos en historias que ponen los pelos de punta, regresamos al punto de partida. Pero aunque el tour haya terminado, las sensaciones permanecen. El tour de los fantasmas en Austin es una de esas experiencias que mezcla historia, leyendas urbanas y emociones fuertes. Si buscas una actividad diferente que hacer en Austin por la noche, este paseo te va a encantar… si te atreves.
Tour de los crímenes en Austin: tras los pasos del asesino de medianoche
Hay ciudades que ocultan secretos oscuros entre sus calles, y Austin es una de ellas. Cuando cae la noche y las luces de neón iluminan suavemente el centro, hay una historia que espera ser contada, una historia que muy pocos conocen y que tiene como protagonista a uno de los primeros asesinos en serie documentados en la historia de Estados Unidos. Participar en el tour de los crímenes de Austin es sumergirse de lleno en ese capítulo espeluznante que marcó para siempre la memoria de la capital tejana.
Todo comienza a las ocho en punto, en la intersección de Bowie Street y W. 6th Street. En ese lugar, aparentemente común, empieza un viaje que nada tiene de ordinario. Lo que viví en ese recorrido fue un relato crudo y fascinante sobre el miedo, el misterio y la investigación criminal en el Austin del siglo XIX. La primera parada nos lleva directo al año 1885, cuando la ciudad vivía atemorizada por los crímenes de un asesino que atacaba bajo el amparo de la oscuridad. Su arma: un hacha. Su firma: brutalidad sin sentido. Su apodo: el asesino de medianoche.
El guía nos fue conduciendo por las calles del centro, relatando los asesinatos, uno a uno, con una mezcla de rigor histórico y sensibilidad. Visitamos los alrededores de antiguas casas donde vivieron las víctimas, y cada parada era una nueva sacudida. Lo que más impacta es cómo todo ocurrió en los mismos callejones por los que hoy caminamos tranquilos sin saber lo que una vez sucedió allí.
Durante la ruta también surgieron preguntas inevitables: ¿cómo actuó la policía? ¿Qué pistas se encontraron? ¿Llegaron a atraparlo? Y aunque no te lo voy a spoilear aquí, te aseguro que la respuesta es parte de lo que hace este tour aún más inquietante.
El recorrido no podía estar completo sin una parada en el Hotel Driskill, ese emblemático edificio del que ya había oído hablar en el tour de los fantasmas, pero que aquí reaparece vinculado a otras historias igual de perturbadoras. Asesinatos, desapariciones, extrañas coincidencias… Todo parece orbitar alrededor de este lugar. Y mientras escuchábamos los detalles, tuvimos un rato para tomar una bebida si queríamos, lo cual fue una pausa perfecta para asimilar todo lo que estábamos viviendo.
Cerca de las 21:50, regresamos a Congress Avenue. La noche seguía tranquila, pero algo había cambiado. Saber que Austin tuvo un pasado tan oscuro, tan intenso y tan desconocido, hace que mires la ciudad con otros ojos. Este tour de crímenes en Austin no es para cualquiera: hay que tener estómago, sí, pero también curiosidad y ganas de entender la ciudad más allá de sus bares y su música. Y créeme, si decides hacerlo, no lo vas a olvidar fácilmente.
Prácticas de tiro en Austin: adrenalina, precisión y experiencia al más puro estilo tejano
Vivir una auténtica experiencia tejana va más allá de las excursiones y los paisajes. En mi caso, una de las actividades que más me sorprendió (y que nunca pensé que acabaría disfrutando tanto) fue la práctica de tiro en Austin. Si buscas algo diferente que hacer durante tu visita, algo que combine adrenalina, curiosidad y mucha precisión, esta actividad es sin duda una gran elección.
Todo empieza al llegar al centro de tiro, donde te recibe un ambiente profesional, muy controlado, pero sin perder ese aire tejano que lo impregna todo. Nada más entrar, sabes que estás a punto de vivir algo único. El equipo es impecable: te entregan gafas, cascos protectores, y el objetivo que más tarde colgarás a unos metros para probar tu puntería. Todo está preparado para que incluso los que nunca han disparado un arma puedan sentirse cómodos y seguros.
En mi caso, empecé por la modalidad de iniciación, con una clásica pistola de 9 milímetros. Nunca había sostenido un arma real, y la sensación al hacerlo es difícil de describir. El instructor estuvo todo el tiempo conmigo, explicando paso a paso cómo sujetarla, cómo mantener la postura, y lo más importante, cómo controlar la respiración antes de disparar. El primer tiro fue un auténtico subidón de adrenalina, pero también una mezcla de respeto y concentración que no esperaba. Cuando ves tu impacto en el objetivo… no puedes evitar una sonrisa.
Después de coger algo de confianza, pasé a probar la modalidad más intensa: el disparo con AR-15. Esta ametralladora ligera de calibre 5.56 tiene una potencia que impresiona, pero también una estabilidad que sorprende. Cada disparo retumba y, al mismo tiempo, te conecta con el momento. Todo desaparece excepto el arma, el objetivo y tu pulso.
Para los que buscan una experiencia completa, también está la opción de combinar tres armas diferentes: la Glock 17, el AR-15 y un semiautomático Falkor Defense FG-9. Cada una ofrece sensaciones distintas, y juntas conforman una experiencia realmente completa. Es una especie de viaje por el mundo de las armas desde el respeto, la seguridad y la técnica.
Esta actividad, que dura aproximadamente dos horas, es perfecta tanto si nunca has disparado como si simplemente quieres vivir algo muy característico de Texas. Más allá del morbo que pueda generar, se trata de una experiencia guiada, profesional y extremadamente controlada. Para mí fue una mezcla entre juego, desafío personal y puro descubrimiento. En definitiva, otra forma (muy diferente) de conocer Austin y salir de la rutina turística.
Tour en barco por el lago Austin: relax, paisajes y diversión bajo el sol tejano
Si buscas desconectar, rodearte de paisajes increíbles y disfrutar de Austin desde una perspectiva diferente, hacer un tour en barco por el lago Austin es una de esas experiencias que tienes que vivir. Es mucho más que un simple paseo sobre el agua: es una combinación perfecta de relax, naturaleza y momentos memorables.
Desde el momento en que te subes al pontón privado, sientes que estás en otro ritmo. Todo está pensado para que solo te ocupes de disfrutar. El barco, completamente equipado, tiene un dosel plegable para protegerte del sol si lo necesitas, y un ambiente cómodo que invita a la conversación, la risa y, claro, las fotos. Porque sí, vas a querer sacar muchas.
El lago Austin es un auténtico oasis a solo unos minutos en coche del centro de la ciudad. Con sus 22 millas de aguas tranquilas y claras, rodeadas por casas espectaculares y acantilados, ofrece vistas que no esperas encontrar tan cerca del bullicio urbano. Es uno de esos lugares donde el tiempo parece detenerse. Durante el recorrido pasamos por el icónico puente Pennybacker (una imagen que definitivamente merece un sitio en cualquier galería de Instagram) y tuvimos incluso la suerte de ver en acción a fenómenos locales del wake surf como Ashley Kidd y Raleigh Hager. Verlos deslizarse sobre el agua a esa velocidad fue un espectáculo en sí mismo.
El crucero dura dos horas, que se pasan volando. Ya sea que lo hagas por la mañana, por la tarde o al atardecer, cada franja horaria tiene su encanto. El sol reflejado en el agua, la brisa cálida y el ritmo pausado del barco crean una atmósfera casi terapéutica. Y si vas en grupo, aún mejor. El barco puede alojar hasta 13 personas, ideal para celebrar algo especial como una graduación, un cumpleaños o simplemente para pasar un buen rato en familia o con amigos. En mi caso, lo hicimos como plan de relax después de varios días recorriendo la ciudad, y fue todo un acierto.
Además del paseo, también tienes la opción de lanzarte al agua con el Aqua Lily Pad que se incluye con el tour. Yo lo probé y fue la guinda del pastel: divertido, refrescante y muy liberador. Y todo bajo la supervisión de un capitán que no solo lleva el barco con experiencia, sino que además va comentando curiosidades sobre las casas, los personajes famosos que viven en la zona, y los secretos mejor guardados del lago.
En definitiva, este tour en barco por el lago Austin es una forma ideal de experimentar otra cara de la ciudad. Más relajada, más natural, y con un punto de exclusividad que hace que te sientas en una pequeña burbuja tejana de felicidad. Perfecto para recargar pilas y llevarte un recuerdo diferente y muy especial.
Navegar al atardecer entre 1,5 millones de murciélagos: una experiencia mágica en el corazón de Austin
Si alguna vez has querido sentirte parte de una película, de esas en las que el cielo se llena de sombras danzantes mientras el sol se despide con un estallido naranja… esto es para ti.
La primera vez que supe de los famosos murciélagos de Austin, pensé en verlos desde el puente de Congress Avenue. Pero sinceramente, la idea de estar entre una multitud, apretado, mirando hacia arriba, con el cuello torcido… no me convencía. Así que hice algo mejor: me subí a un kayak.
Este tour en kayak al atardecer fue simplemente mágico. Imagínate estar en pleno centro de Austin, pero lejos del ruido, flotando en las aguas tranquilas del lago Lady Bird, con un remo en mano y el cielo empezando a pintarse de tonos cálidos. El guía, que conocía todos los secretos del recorrido, nos llevó en silencio hasta el punto perfecto. No éramos más de 12 personas, lo que hacía que todo se sintiera casi secreto.
De pronto, comenzó. Una nube oscura salió de debajo del puente, como si el cielo mismo cobrara vida. Más de 1,5 millones de murciélagos mexicanos de cola libre volando sobre nosotros, en espiral, en estampida, como coreografiados por la propia naturaleza. No hay fotos ni vídeos que puedan hacerle justicia. Es algo que se siente.
Además, no tienes que preocuparte por nada: el equipo está incluido, te explican todo, y el ambiente es tan relajado que incluso si nunca has tocado un kayak, te sentirás seguro y cómodo desde el minuto uno.
Olvídate del bullicio en tierra. Desde el agua, Austin se ve diferente. Y este espectáculo natural, justo al atardecer, se convierte en una experiencia que no solo ves: la vives.
¿Cuál será tu próxima aventura de un solo día desde Austin?
Austin no solo vibra por sí misma, también es el punto de partida ideal para descubrir rincones únicos, vivir historias que no encontrarás en ninguna guía, y saborear el auténtico espíritu tejano desde todas sus caras: la más salvaje, la más histórica, la más relajada o la más misteriosa. Elijas la excursión que elijas, recuerda esto: no es solo salir de la ciudad, es regalarte un día distinto que puede acabar siendo el mejor recuerdo de tu viaje. ¿Listo para explorar más allá del downtown?
